No es casualidad que cuando algo nos conmueve o remueve sentimientos en nosotros son sintamos de manera extraña, la leña crujiente que chisporrotea y se torna naranja y amarilla, y caliente, como si de magia se tratase, y nos da calor, nos abriga, nos acompaña.. La luz de la hoguera en nuestro hogar, el olor a humo casero y sano...
El mismo calor sentimos con ese alguien especial, nuestro amor, nuestro amigo, nuestro familiar cercano que nos dice las palabras que queremos (o que no queremos) y nos hace tambalearnos de escalofríos, ese ruido desconocido que viene desde la distancia y nos impacta y nos hace abrir los ojos alertas... La sensación de sentirnos acogidos por una canción agradable, el olor de una comida casera, de un buen vino, o de unas flores agradables y frescas.. una vela con olor suave, el viento impregnado de olor a hierba fresca, el agua fresca del chisporroteo previo a la lluvia, el tacto del pelaje de un cariñoso perrito, o un suave e irascible gatito.... el apretón de manos de un amigo muy cercano, la arena del mar pisada por nuestros pies descalzos, el agua fría al sumergirnos en verano, y otras tantas sensaciones íntimas, personales e intransferibles...
Todos experimentamos formas sutiles de placer que nos llenan de energía y nos hacen sentir cosas especiales... no os sintáis extraños.. ¡disfrutad!
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