Como ya he dicho muchas veces, hay un punto en el que se empieza a ver la luz y todo lo que pensabas que estaba negro y oscuro, o habías dejado a medio hacer comienza a tomar forma, es un álito de esperanza que comienza a brotar de lo más hondo de lo inesperado y hace que surjan nuevos y positivos pensamientos fugaces que nos arreglan un poco el desorden mental.
Me encanta cuando las cosas empiezan a salir bien por sí mismas, como si del mercado buscando el equilibrio se tratara..
Paciencia y todo llega.
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